Hoy en día la “mala fama” de los carbohidratos ha superado a la de las grasas e incluso éstas han pasado a un segundo plano. La “moda” ha instalado en los dietantes el concepto de “low carb” o bajo en hidratos de carbono. Es decir, el precepto de “cuanto menos hidratos de carbono estén presentes en tu dieta, más saludable será”.
En los últimos 20 años, la tendencia era disminuir al máximo el consumo de grasas y así surgieron los productos light, instalados en forma masiva en toda la industria alimentaria. La lista de compras saludables incluía alimentos bajos en grasa sin excepción. Luego, fueron perfeccionados en 0% grasas y la leyenda “0% grasas trans” era condición para consumirlos.
En la actualidad, sin embargo, esa tendencia ha cambiado hacia la selección obligatoria de alimentos sin carbohidratos. Tiene lógica pensar que el exceso de carbohidratos engorda y más aún los productos refinados con harinas, aunque esto no sea así.
El miedo a los carbohidratos da paso a otro concepto erróneo: la dieta libre de gluten. Son cada vez más las personas que refieren realizar dietas “gluten free” o sin gluten en el afán de adelgazar más rápido, bajo la excusa de cierta intolerancia al gluten, sin un diagnóstico médico o verdadera evidencia.
Sin embargo, no debe confundirse eliminar productos refinados en la dieta con eliminar carbohidratos. De ahí surge el error, ya que los carbohidratos están presentes en la mayoría de los alimentos (verduras y frutas) y sería realmente poco saludable evitarlos. Como cualquier otro nutriente, los carbohidratos deben ser incorporados en nuestra alimentación, en la proporción adecuada. No debemos excluir las grasas y los carbohidratos por completo, ni reemplazar unos por otros. Nuestra alimentación debe ser completa, suficiente y sustentable.
Al comenzar una dieta, no dejes de consultar siempre con un médico o nutricionista.
Dra. Raquel Medina.
Médica Clínica y Nutricionista especialista en Obesidad.
M.N.105298
