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En Semana Santa maridá tus pescados

Un rico pescado sabe mejor si está acompañado de un buen vino, dicen los que saben. Los blancos suelen ser los que mejor resaltan los sabores de esta carne y así lo confirma Agustina Sottile, cocinera y sommelier, con estos maridajes que nos propone donde también se cuela algún rosado.

Salmón

Para un salmón grillado con vegetales, les recomiendo algún vino blanco. Suelen tener una acidez interesante y, en este caso, va ayudar a refrescarnos la boca de la grasa que pueda dejarnos el pescado. Evitando que sea tan agresivo, propongo un reserva con paso por madera. Este tipo de vinos es más redondeado y cremoso, lo que maridaría por similitud con el salmón rosado. Notas a nueces, frutas tropicales maduras y tal vez una manteca derretida son todos aromas que podrían cruzarse en un blanco reservado de cepa chardonnay.

Bacalao

Este pescado lo solemos comer en Pascuas. Inunda supermercados y pescaderías en su versión “salazón” (desecado en sal). Pescado graso para el que recomiendo un vino con un leve aporte tánico, como puede ser de una cepa tradicional, pero poco conocida como la criolla. Hay algún que otro exponente y cada uno tiene la frescura de un blanco, pero más peso en boca gracias a los taninos. Son vinos frutales, jóvenes, fáciles de tomar, ideales para maridar con bacalao.

Merluza

Este pescado es delicado y de carne suave. Si está cocido en alguna receta sobre la base de crema o a la manteca negra, lo acompañaría con Chardonnay sin paso por madera para que se haga más liviana la cremosidad en boca. Un blanco fácil de tomar, con notas cítricas y con acidez equilibrada, pero presente, maridará muy bien con la merluza.

Calamar

Unos calamares salteados en provenzal o con alguna cebolla morada, lima y ajo serían idealmente maridados con un vinito blanco. Alguno con notas cítricas como, por el ejemplo, un chenin blanc, con acidez marcada, va muy bien por igualdad de densidades entre el plato y la bebida.

Camarones

Una ensalada con base de quínoa, algo de palta, vegetales y camarones a la parrilla. Plato fresco, pero con cierto protagonismo de carne rosada, que vale acompañar con un vino rosado, delicado y elegante. Suelen tener notas a frutillas, cerezas y, si buscan alguno que tenga un leve dulzor en boca (propio de la uva y de su tratamiento en bodega), mejor. Los taninos suaves acompañan muy bien la carne tierna de los langostinos y su frescura resalta todo del plato.

Elegí uno de estos pescados y, para estas Pascuas, armá la pareja perfecta.

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@oneepicurean

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