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Temporada de alergias: la relación con la celiaquía

Por lo tanto, las personas que padecen celiaquía están en mayor riesgo que la población en general de desarrollar enfermedades autoinmunes asociadas.

Las enfermedades autoinmunes son aquellas que se producen cuando nuestro sistema inmunológico, el que se encarga de defendernos ante posibles agentes dañinos, reacciona de manera anormal frente a algunas células de nuestro organismo o frente a otros agentes. Es decir, considera elementos no dañinos como dañinos, como nuestros enemigos, y actúa contra ellos, pero en realidad lo que hace es dañar nuestro propio organismo. En lo que respecta al sistema inmunológico de las personas celíacas, es el gluten, ese agente tóxico contra el que hay que luchar y nuestro sistema inmunológico lo hace dañando las vellosidades del intestino delgado cuando percibe que ha habido ingesta de gluten. Por eso es importante destacar que siempre se generará daño al ingerir gluten, aunque este daño no se transforme en síntomas digestivos.

Además de la celiaquía, otras enfermedades autoinmunes frecuentes son: diabetes tipo I, la enfermedad de Crohn, hepatitis crónica autoinmune, anemia perniciosa, la esclerosis múltiple, el lupus, la miastenia grave y la tiroiditis de Hashimoto, sindrome de Sjögren y otros trastornos del sistema inmunitario.

Las alergias, también llamadas reacciones de hipersensibilidad, se consideran trastornos del sistema inmunitario.

Se puede definir a las alergias como las respuestas exageradas del sistema inmunológico (las defensas de nuestro organismo) al entrar en contacto con determinadas sustancias, llamadas alérgenos.

La primavera es el periodo del año donde más incidencia hay de alergias, porque uno de los grupos de alérgenos más frecuentes es el polen de las flores, unas células reproductoras de las plantas que proliferan durante esta estación. Sin embargo, hay alérgenos que permanecen durante todo el año.

Los diferentes tipos de reacciones alérgicas generalmente se clasifican según su causa, la parte del cuerpo más afectada y otros factores. Los tipos de alergia más comunes son:

  • Alergias respiratorias:  en esta categoría se ubican la rinitis alérgica y el asma.
  • Alergias dérmicas (en la piel): aquí se ubican la urticaria, dermatitis atópica y dermatitis por contacto.
  • Alergias alimentarias: son respuestas exageradas del sistema inmunológico que se producen por la ingesta de determinados alimentos, como la leche, el huevo, los mariscos, la nuez, el maní, el chocolate, la soja o el trigo. Una alergia alimentaria no es lo mismo que la intolerancia alimentaria (como es el caso de la celiaquía).
  • Alergia a los medicamentos: pueden causar reacciones en la piel, somnolencia, vértigo, náuseas y hasta dificultad para respirar. Debe prestarse especial atención a cualquier reacción adversa a un medicamento.
  • Alergias a plantas e insectos: aquí se pueden identificar la alergia al polen, el pelo de los animales, los ácaros, entre otros.

Tener el diagnóstico de la celiaquía confirmado, es fundamental y beneficioso, ya que además de ofrecernos información sobre lo que le ocurre a nuestro organismo, también sirve para que, en el caso de que aparezcan otras enfermedades autoinmunes, los profesionales de la salud cuenten con información para poder llegar al diagnóstico y tratamiento de las mismas.

Ante cualquier duda, no dejes de consultar a tu médico especialista.

Más información en:

Asociación Celíaca Argentina
www.celiaco.org.ar

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