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Una nieta, un cuaderno y el amor por la cocina

Complicidad, miradas, caricias, respeto, valores, sabiduría: todo eso y mucho más es lo que se comparte en la relación entre abuelos y nietos. Recuerdos que marcan y quedan guardados para siempre en la memoria. Olores, gestos, costumbres que se impregnan desde chicos y se repiten de grandes, transmitiéndose a otras generaciones. Así es como le sucedió a Daphne Vignoni, diseñadora gráfica de profesión, pero cocinera por herencia a través del ejemplo de sus dos abuelas: Abutel (Raquel) y Abutita (Teresa).

Esta nieta, de 31 años, visitaba las cocinas de sus abuelas desde chiquita. Con Abutita disfrutaba de lo salado y la comida italiana, bien casera, sobre todo recuerda esa “tortilla de verdura que a nadie le sale igual” y aprendía de su perfección, “era impecable en la cocina”, dice.

De Abutel, en cambio, heredó el gusto por lo dulce. Tanto que hizo un curso de pastelería y fue allí donde tuvo la inspiración de homenajearla a través de su cuenta de Instagram @milhojascocina. “En las clases me daban las recetas en hojas impresas y yo pensé: “voy a hacer un cuaderno como el que me dejó mi abuela”, recuerda Daphne. Es que su abu tenía la costumbre de anotar a mano en un cuaderno a rayas cada receta que le gustaba, junto con recortes de publicaciones de Doña Petrona, Chichita de Erquiaga y Choly Berreteaga. “Narraba el procedimiento de las recetas como si fuera un cuento, con mucha prolijidad, incluía hasta un índice, anotaba las adaptaciones que hacía y tachaba las recetas que no le gustaban”, cuenta su nieta.

Desde su cuenta en Instagram, donde ya tiene 67000 seguidores, Daphne busca “volver a valorar esos lazos y esa unión cómplice que hay con las abuelas”. Así recuerda cuando de niña probaba junto con Abutel cada preparación que hacía, aún antes de que estuviera lista, y cómo esperaba impaciente que esas masitas de limón, sus preferidas, salieran del horno para poder ponerles el glaseado y disfrutar de su sabor. “Siento que la receta escrita cuenta una historia que está detrás de eso. Es una manera de recordar a nuestros seres queridos, homenajear todo lo que hicieron de forma natural y esos momentos compartidos”, dice. Por eso, pidió a una artista plástica que plasmara en un pizarrón de su cocina esa receta de masitas de limón que hoy comparte con nosotros:

Ingredientes
Huevos 2 un.
Harina 0000 300 g
Azúcar 220 g
Leche 125 cc
Jugo de limón 1 cda. Y ralladura del limón
Manteca 100 g
Sal 1 cdta.
Polvo de hornear 3 cdtas.

Procedimiento
Batir la manteca pomada con el azúcar.
Agregar de a poco los huevos batidos.
Sumar el jugo y la ralladura de limón.
Luego alternar la harina (+sal+polvo de hornear) con la leche y mezclar con espátula. Colocar en un molde enmatecado previamente.
Llevar a horno 180 grados por 40 minutos aproximadamente, hasta que al introducir un cuchillo salga seco.
Dejar enfriar y hacer el glasé. Necesitamos 200gr (aproximadamente) de azúcar impalpable. Incorporar leche o agua muy de a poco + jugo de limón hasta lograr la consistencia deseada. Luego colocar sobre las masitas.

Daphne aprendió de su querida Abutel que “la pastelería es exacta y que lo que dice la receta hay que hacerlo tal cual”. Pero nada le quedó más impregnado en sus recuerdos y su memoria, que ese sabor de lo casero y el ir a visitar a sus abuelas un domingo y “sentir el aroma que salía del horno”. Hoy ni Abutel ni Abutita están físicamente, pero en el corazón de esta nieta, que se emociona al recordarlas, está el agradecimiento “por haber compartido tantos momentos y que te queden grabados, y hoy poder revivir recetas que hacía con ellas y hacerles un homenaje”.

Seguía a Daphne en:
Instagram
: @milhojascocina

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