Es muy común que los chicos se nieguen, en algún momento de su crecimiento, a la ingesta de algunos alimentos o no quieran probar productos nuevos.
Y si bien en general hay una cuestión de gustos, estas restricciones pueden relacionarse con un trastorno llamado neofobia.
Los especialistas indican que esta situación suele ser más común entre niños de 2 a 6 años, donde el “miedo a probar alimentos nuevos”, incluso habiendo tenido una buena relación previa con los alimentos, se puede contemplar como parte de la etapa del desarrollo.
En estos casos, puede no haber problemas con los alimentos proteicos, pero sí puede haberlo con las frutas y verduras, y otros alimentos que aportan nutrientes necesarios para un crecimiento saludable.
Si la negación persiste, es fundamental no obligarlos. Lo mejor es buscar la manera de incluir los alimentos a partir de experiencias agradables y participativas. Para ello, te brindamos algunas ideas:
- Presentá los alimentos en la mesa de manera habitual. Aunque los chicos no los coman es importante que los familiaricen dentro de la rutina alimentaria.
- Invitalos a cocinar y preparar la comida con vos. Podés jugar con la presentación armando con ellos “caras” o “dibujos”. Es importante que el plato sea colorido.
- Sumalos a hacer las compras eligiendo juntos los alimentos. Cuando son más grandes, pueden charlar sobre los beneficios que aportan los mismos para la salud.
- A la hora de prepararlos, agregá aquellos que habitualmente rechazan en pequeñas porciones a sus platos de preferencia. Pueden ser licuados para mimetizar las texturas. Por ejemplo, en sopas, rellenos y tortillas.
- Mezclá los alimentos con otros que te ayuden a disimular los sabores. En general evitan los sabores fuertes, amargos o ácidos. Por lo que podés agregar, por ejemplo, queso crema a la espinaca o huevo para suavizar la preparación.
Si las restricciones son muy notorias o se mantienen de más grandes, consultá con tu pediatra de confianza.
Dra. Florencia Rolandi, Médica Cardióloga, MN 100.667.