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La celiaquía en los adultos mayores

La Enfermedad Celíaca (EC) es una enfermedad multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten y prolaminas relacionadas, en individuos genéticamente susceptibles, y se caracteriza por la presencia de una combinación variable de: manifestaciones clínicas dependientes del gluten, anticuerpos específicos de EC, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía. Esta definición fue actualizada por la ESPGHAN, Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición en 2012.

 

La celiaquía en adultos mayores tiene una prevalencia igual o mayor a la prevalencia en niños. Se estima que en Argentina el 1% de la población adulta es o puede ser celíaca. Sin embargo, la sintomatología puede ser diferente a la que presentan los niños y su diagnóstico puede ser más complicado.

Algunos de los síntomas habituales de la celiaquía en adultos mayores son:

  • Dolor y distensión abdominal.
  • Diarreas y/o estreñimiento de manera constante o intermitente.
  • Digestiones lentas y pesadas.
  • Déficit de vitaminas y minerales debido al síndrome de mala absorción que pueden derivar en anemia, osteoporosis, etc.
  • Alteraciones en el esmalte dental.
  • Intolerancia a la lactosa.
  • Alopecia.
  • Calambres musculares y dolores articulares.
  • Dermatitis Herpetiforme.
  • Cansancio, depresión e irritabilidad.

Si bien la celiaquía puede “despertarse” en cualquier momento de la vida, generalmente, cuando se trata de un diagnóstico en la edad adulta, la persona ha experimentado síntomas y patologías asociadas durante muchos años sin saber que es celíaco.

Por eso resulta muy necesario prestar especial atención, cuando se confirma un diagnóstico en la familia y realizar el “screening” al resto de los integrantes directos, ya que la celiaquía también puede presentarse de manera asintomática.

Los últimos estudios señalan que hasta un 25% de los familiares de primer grado de un celíaco pueden llegar a desarrollar la celiaquía.

Una vez que la persona confirme su diagnóstico, deberán llevar a cabo una dieta libre de gluten estricta y de por vida. De esta manera, los síntomas mejorarán notablemente y el intestino recuperará la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos.

Si la persona cuenta con patologías preexistentes que pueden tener relación con la celiaquía (tales como tiroiditis autoinmune, diabetes, dermatitis herpetiforme, entre otras) con la dieta sin TACC notará una mejoría en el tratamiento de las mismas.

Además, es importante destacar que muchos adultos mayores suelen tomar medicación de manera crónica, por lo que no sólo deberán consumir alimentos libres de gluten sino que también deberán asegurare que su medicación también lo sea.

Se aconseja acudir a especialistas en celiaquía y nutrición para poder adecuar un plan de alimentación acorde a sus necesidades nutricionales actuales, ya que muchos pacientes diagnosticados durante la edad adulta suelen presentar, por ejemplo, déficit de vitaminas y minerales.

Más información en:

Asociación Celíaca Argentina

www.celiaco.org.ar

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