Mucho se habla en los últimos tiempos de saludable, parece que toda nuestra alimentación debe ir por ese camino, pero a muchos nos hace pensar si va en paralelo con comer lo que nos gusta o si ambas realidades podrían unirse y avanzar juntas, felices y sin conflictos. Para Natalia Kiako, cocinera amateur como se define, coordinadora de talleres de alimentación y cocina saludable y autora de los libros Cómo como y A cuatro manos (Editorial Sudamericana), no hay dudas de que esa unión es posible. “Una cocina saludable puede y debe ser sabrosa”, afirma porque “si no nos resulta rica, no nos va a dar alegría ni placer, entonces no sirve y ya no será saludable”.
¿Cómo lograr una cocina sabrosa y saludable sin morir en el intento?
Aprender a cocinar rico y sano es todo un desafío, pero para nada imposible. Sólo hay que seguir algunos consejos que nos da Kiako y estaremos muy cerca de lograrlo:
• Volver a recuperar esos ingredientes naturales y una conexión en la cocina que tenga que ver con elaborarlos de una manera amorosa y con paciencia
• Aprender a conectar con qué es lo que necesita ese alimento para quedar bien
• Volver a cocinar como las abuelas, conectando con que ese es un momento lúdico y agradable
Se trata de pensar una cocina basada en “ingredientes reales, con aquellas cosas que existen en la naturaleza, sin tanto procesado. Una cocina donde se elaboren los productos desde cero y sea variada, con legumbres, cereales y frutas y verduras de estación”.
Como todo hábito, acostumbrarnos lleva tiempo. Pero con un poco de constancia podremos lograr una rutina saludable sin sentir que nos resulta aburrida. “La clave es aprender a conceptualizar los alimentos y la cocina de otra manera”, afirma la cocinera y, para ello, debemos “organizarnos haciendo compras que conciban cómo vamos a prepararlos. Se comienza pensando en grupos de alimentos: cereales, legumbres, frutas y verduras, semillas, frutos secos y, quienes lo elijan, alimentos del reino animal de buen origen. Si tenemos esos grupos en casa y los vamos rotando en sus variantes, no nos vamos a aburrir nunca”.
Así, nos recuerda que lo ideal es tener siempre en casa cereales y algunos ya cocidos, como arroz, quínoa, mijo, cebada, avena. También legumbres, frutas y verduras, algún huevo, pollo y pescado. De esta manera, solo tendremos que abrir la alacena o la heladera y pensar cómo combinarlos, sin preocuparnos sobre la eterna contradicción entre lo rico y saludable.
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