Es habitual que el diagnóstico de la celiaquía esté asociado al bajo peso e incluso al retraso en el crecimiento en niños y adolescentes. Esto se debe a que la malabsorción intestinal causada por la atrofia de las vellosidades del intestino, sumadas a otros trastornos gastrointestinales (como la diarrea y la esteatorrea) suelen conllevar a una pérdida de peso importante.
De todos modos, también se han encontrado (y cada vez con más frecuencia) pacientes pediátricos con sobrepeso diagnosticados con celiaquía.
Por lo tanto, es importante que la presencia de sobrepeso u obesidad en un niño, no condicione el diagnóstico a la hora de excluir o descartar la enfermedad celíaca por creer que ese niño no corresponde con el cuadro sintomatológico típico. Además, cada vez es más común el desarrollo del sobrepeso u obesidad posterior al diagnóstico debido a factores genéticos, a la elección de alimentos ultraprocesados o a una actividad física insuficiente.
Debemos considerar que la oferta de alimentos libres de gluten ultraprocesados como panificados, golosinas, galletitas y otros, es cada vez mayor, por lo que suelen ser consumidos con mayor frecuencia. Varios de estos alimentos son ricos en grasas, azúcares y se elaboran con almidones refinados. Por lo tanto, el consumo frecuente de estos productos se puede asociar con el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.
Se sabe que el sobrepeso ha ido en aumento en toda la población infantil y si bien según algunos estudios, los porcentajes de sobrepeso y obesidad en la población celíaca hoy son inferiores a los de la población en general, es probable que esta incidencia vaya aumentando en los próximos años.
Es muy importante que una vez confirmado el diagnóstico de celiaquía en los niños, su alimentación además de libre de gluten, sea lo más saludable y equilibrada posible.
Ante cualquier duda, no dejes de consultar a tu especialista de confianza.
Más información en:
Asociación Celíaca Argentina
www.celiaco.org.ar
