La vuelta al cole con un buen desayuno es fundamental para que los chicos arranquen con todas las pilas y qué mejor que hacerlo con recetas caseras. La granola es una opción muy nutritiva y, además, una buena excusa para que tomen leche. Sofia García Labougle y Tatiana Goldman nos enseñan a prepararla en casa con avena crocante:
Mezclar en un bol la avena con agua y una cucharada de jugo de limón, kefir, vinagre de manzana o kombucha. El agua tiene que tapar la avena. Cubrir con un lienzo limpio y dejar fermentando a temperatura ambiente mínimo 12 horas. Transcurrida la fermentación, colar el agua y mezclar con 1/4 taza de cacao amargo, 1/4 taza de azúcar integral orgánica y una pizca de sal rosada.
Disponer la mezcla en una placa caliente previamente engrasada con aceite de coco neutro o ghee o en plancha de silicona. Cocinar a fuego fuerte 10 minutos de un lado y 10 del otro.
Por otro lado, mezclar almendras, semillas de girasol, escamas de coco o coco rallado. Llevar al horno para tostar.
Sacar del horno y mezclar las semillas y frutos secos con la avena, agregar pasas de uva y miel. Guardar en frasco hermético.
Incluir granola casera todas las mañanas es una inyección de energía, sin embargo Sofía y Tatiana aclaran que “el consumo de avena arrollada cruda en forma habitual, tarde o temprano genera diferentes inflamaciones o problemas digestivos, como gases, alergias, colon irritable, entre otros. Por eso hay que fermentar la avena y cocinarla. Es la mejor forma de consumirla. Dejarla en remojo una noche con algún medio ácido como el de jugo de limón, kefir, vinagre de manzana, kombucha y luego cocinarse”, dicen y aclaran que “cocinando la avena de esta forma le estás dando muchos beneficios a tu cuerpo. ¡Por algo nuestros ancestros la hacían así!”.
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