El huevo es de los alimentos que tienen mala fama, sin embargo después de la leche materna es el que más proteínas contiene, mayormente en su clara. Por esta característica, y otros tantos beneficios, es que la Organización Mundial de la Salud recomienda consumirlo con moderación, siendo una unidad por día lo ideal.
En su día, la cocinera Sofía García Labougle nos ayuda a desmitificarlo afirmando que “la mejor forma de consumir huevo es la yema cruda y la clara cocida. De esa forma consumimos todos sus beneficios como las vitaminas D, B12, A, y omega 3”. Para sumarle beneficios, nos propone consumirlo con miso que es “una pasta elaborada con semillas de soja fermentadas con sal marina. Esa fermentación se produce de forma natural mediante el hongo koji, que hace del miso un producto probiótico formado por microorganismos vivos. Es un potenciador del sabor natural, puro”.
Al ser un fermento que contiene bacterias beneficiosas para el sistema digestivo, el miso favorece el equilibrio de la flora intestinal y los procesos digestivos complicados. Pero, además, contiene:
- Altos niveles de vitamina B12, ácido fólico y minerales como magnesio, calcio, hierro y fósforo.
- Propiedades depurativas para el organismo, ayuda a eliminar toxinas y sustancias perjudiciales para la salud.
- Un alto porcentaje de proteínas.
- Una buena fuente de carbohidratos.
Al combinar el huevo con el miso se obtiene lo mejor de ambos, como en esta versión “inspirada en Japón y su cocina milenaria” que nos comparte Sofía:
“Necesitás cocinar los huevos de la forma que más te guste. En este caso puse agua a hervir y cuando rompió el hervor agregué los huevos y cociné por 5 minutos (así la yema no está completamente dura). Cuánto más “cruda” la yema, más nutritiva será. Una vez listos los puse en un recipiente con agua fría y hielo para cortar la cocción. Los pelé y los cubrí con pasta de miso. Los llevé a la heladera por cuatro horas y, una vez pasado el tiempo, retiré el miso. Corté los huevos por la mitad y los serví en una fuente, listos para empezar a saborearlos”, explica la cocinera y aclara que “es muy importante no someter el miso a cocciones prolongadas o temperaturas muy altas porque se mueren los microorganismos naturales que lo componen”.
Una propuesta para consumir huevos de una manera diferente, llena de sabor y nutrientes.
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