Sin duda los desayunos de hotel son una de las cosas preferidas entre los viajeros y hoy podemos sentirnos en uno sin movernos de casa. ¿La clave? Contar con variedad de productos frescos y de excelente calidad.
Para empezar, debemos elegir la bebida: un buen té en hebras, un rico café colombiano (mi preferido es el Juan Valdéz), jugos de frutas variados, mate y agua. El touch: un espumante helado.
Luego seguimos con los panificados: medialunas surtidas, panes comunes e integrales (les recomiendo los de masa madre), muffins y cupcakes hechos con amor.
Agregar lo salado: fiambres, variedad de quesos y huevos en cualquier cocción (revueltos, duros, fritos sobre tostada o pasados por agua)
¡No olvidar las frutas! Banana, arándanos, mandarina, manzana o cualquier fruta de estación.
Cereales y lácteos: Yogur y variedad de cereales para aportar fibra y calcio.
Y a no olvidarse los detalles: presentar todo con un lindo mantel, buena vajilla (se pueden mezclar estilos y queda divino) y un buen ramo de flores en medio de la mesa para decir con amor y bien fuerte: ¡Feliz Día, Mamá!
*Por Meme Castro
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